La impotencia de un árbitro humillado en fútbol base
- Inicie sesión o regístrese para enviar comentarios
- 6.039 lecturas
La carta nos la escribe un árbitro profundamente herido. Todos sabéis de lo que os hablamos. Ese día en el que nos sentimos más sólos que nunca, rodeados de impresentables, humillados por esos valientes que se excudan en el anónimato de una grada de un campo de fútbol. Lo cuenta así nuestro compañero.
Se trataba de un partido de infantiles. Todo empezaba cuando en el minuto 8 el equipo local marcaba el primero de los seis goles. La gente ya se volvía loca y todo eran insultos. Pare el partido cinco minutos por esto y seguían igual. Pitaba algo y ya saltaban con algo, pegando voces, riéndose de todo... cuando saque la primera amarilla al visitante parte de la grada de ese sector se reía, diciendo "saca tarjetas, que eso te gusta".
Lo peor vino cuando al marcar uno de los últimos goles, tengo que expulsar a un jugador por decirme que estoy ciego. Y al expulsarlo oir como me dice la aficion que no tengo vergüenza. "Es un niño de 12 años, te pagan para que te insulten o te peguen". Cosas así prefiero que sean reflejadas por todo los medios y mi pregunta es... ¿Quién tiene "menos vergüenza", el niño que me menosprecia, la afición que incita a eso o yo por parar los insultos?
Al terminar el partido seguían y seguían. Pero no imaginé que al salir de mi vestuario no me dejaran salir y empezaran hacer gestos diciendo "este eres tú", imitando a un cojo o imitando a alguien que tenga alguna enfermedad como una parálisis. Esto ya no es algo de insultar a un árbitro, sino un menosprecio a cualquier persona que sufran enfermedades así. Y eso delante de sus propios jugadores, todos riéndose... y más cosas que si digo no paro.
En mi cuarto año de árbitro nunca me habia pasado nada de esto y he arbitrado en lugares denominados con "mala fama" la cual no es asi. No pido que se ponga a ese club por las luces de busca y captura. Sino que si eso es la educación a unos niños de 12 años...
Yo seguire arbitrando por que es lo que me gusta. Pero queremos un ¡BASTA YA!